miércoles, 3 de abril de 2013

Pensamiento crítico. Aprende a pensar.



En el documento publicado por el Centro de Estudios sobre Innovación y Dinámicas Educativas en Enero de 2012 se dan a conocer una serie de pistas mediante las cuales los profesores pueden enseñar a llevar a cabo el pensamiento crítico.

El pensamiento crítico es un proceso cognitivo que se propone analizar o evaluar la estructura o consistencia de la manera en la que se articulan las secuencias cognitivas que pretenden interpretar y representar el mundo, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas. http://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_cr%C3%ADtico [en línea]

Dentro de estas pistas, en primer lugar nos encontramos con la acción de preguntar. Preguntar es el núcleo del pensamiento crítico. A través de las preguntas se crea un entorno de curiosidad por conocer información acerca de nuevos temas. Según el profesor Jared Kushida, “Muy raramente avanzo más de treinta minutos sin preguntar algo y raramente también me detengo en esa pregunta”. Con esta cita del profesor Kushida, nos quiere transmitir que durante las clases en su aula, no dedica todo el tiempo de clase a hablar él únicamente, sino que plantea interrogantes a sus alumnos para que sean partícipes de la clase. Los profesores toman el poder y son ellos los que comienzan planteando el mayor número de preguntas posibles para que así sus alumnos se den cuenta de cómo pueden introducir una pregunta a lo largo de la clase.

La segunda pista trata de que el profesor plantee a sus alumnos cierta pregunta provocadora para que ellos mismos sepan cómo defenderse y aportar argumentos sobre dicha pregunta. Cuando los alumnos de una clase no tienen la misma forma de pensar que el profesor que imparte la clase, lo más probable es que el alumno reproche lo que el profesor ha dicho. Por tanto, esta será una buena forma de que los alumnos intervengan a la hora de hablar en el aula.

En tercer lugar es aconsejable dar herramientas a los estudiantes para entrar en la conversación. Estas herramientas de conversación normalmente son una serie de conectores para que los alumnos comiencen a expresar su conocimiento crítico. Desde mi punto de vista, estas herramientas consiguen facilitar la entrada a la conversación por parte de los alumnos.

La ejemplificación de las expectativas del profesor se sitúa en la cuarta pista. La mejor manera de aprender es por imitación. El profesor debe de ensañar a sus alumnos las expectativas que él tiene sobre el tema a debatir, ya sean expectativas buenas o malas.

Posteriormente, el profesor ha de impulsar la polémica constructiva entre sus estudiantes. Las discusiones siempre implican la diferencia de perspectivas. Es bueno que el profesor comience el debate en la clase y que a partir de ahí los alumnos discutan sobre dicho tema, siempre y cuando lo hagan de una forma adecuada, con el respeto hacia los demás.

Más adelante, el profesor es el encargado de organizar una serie de discusiones socráticas. Según las sugerencias de los docentes del KIPP King Collegiate High School (California, EEUU), la discusión socrática es el método de investigación en el que los participantes se intercambian preguntas que ponen a prueba la lógica con el propósito de alcanzar una mayor comprensión o claridad. Los profesores suelen organizar discusiones socráticas para dar la oportunidad a los estudiantes de que se desafíen intelectualmente.

Una vez que los alumnos están interesados en el debate realizado en clase, se lleva a cabo una evaluación del razonamiento de dichos alumnos a través de diferentes métodos. A través de la realización, por parte de los estudiantes, de ensayos, discusiones socráticas y presentaciones, el profesor verá el resultado de llevar a cabo los distintos pasos del pensamiento crítico.

Por otro lado se puede distinguir otro tipo de evaluación. Este tipo consiste en la evaluación entre estudiantes. Una buena forma de que los estudiantes aprendan es evaluando unos a otros la forma de llevar a cabo las discusiones socráticas. Así mismo, el estudiante que evalúa, a su vez será evaluado por otro compañero y al finalizar dicho debate se podrán llevar a cabo los aspectos que se pueden mantener y aquellos que han de ser modificados.

La última pista del pensamiento crítico es el paso del profesor a un segundo plano. Según McNulty “Cuando te eliminas de la ecuación, realmente fueras a los chicos a progresar”. Con ello McNulty quiere decir que el profesor llega a un momento en el que debe situarse en un segundo plano, es decir, debe dejar a sus estudiantes que lleven la clase para que lleguen a unas conclusiones inesperadas que son más relevantes para ellos.

En resumen, desde mi punto de vista, usar un pensamiento crítico implica un esfuerzo, porque hay que molestarse en pensar, en buscar información, analizar y llegar a una conclusión que, además, puede ir en contra de lo que piensan las personas que están a tu alrededor. Por tanto, ¿porqué no nos situamos en una postura en la que tengamos que pensar lo menos posible y adquirir las ideas de los demás?
Esta postura sin duda es la más cómoda, pero al ejercerla, tú mismo te vuelves dependiente de las personas que te rodean, te impiden practicar dicho pensamiento crítico y llevar a cabo un ejercicio mental en el cual generas tus propias ideas.
Pienso que cada vez que una persona usa su pensamiento crítico está obteniendo pequeños logros personales que le ayudan a ser más independiente de la sociedad.


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